miércoles, 31 de agosto de 2011

Conversaciones impuestas

En este país nuestro –y no exclusivamente, parece que es característico de los territorios mediterráneos- tenemos la fea costumbre de hablar con nuestros interlocutores a un volumen tal que hacemos partícipes de nuestra conversación a todas las personas que están a nuestro alrededor en varios metros a la redonda. Es irrelevante si la charla tiene lugar entre individuos que están en el mismo sitio, o la comunicación se establece con un teléfono móvil; el efecto, por impuesto, es igualmente desagradable.
Si estamos en un establecimiento público, y el responsable del negocio cree que poniendo con una fuerte intensidad una canciocilla de moda crea ambiente, el efecto perturbador se multiplica, porque todos los presentes, de forma inconsciente, tienden a aumentar el volumen de sus voces.
Llegado a este punto, tengo dos soluciones al problema -¿puedo calificarlo así?- que planteo. Una: aguantarme que va a ser lo más probable. Otra: vamos a entender que hacer partícipes a todos de nuestras conversaciones es un síntoma de mala educación, y estamos dispuestos a buscar remedio. Utópico ¿no? Queda dicho.

Francisco Bernabé Roca 22-VIII-11


Carta publicada en la publicada en la pág. 19 de La Verdad de Murcia. 20-VIII-11

martes, 23 de agosto de 2011

Accidentes en las atracciones feriales

Como periódicamente ocurre, una avería mecánica en una atracción ferial ha provocado muertos y heridos, y estamos asistiendo al consabido rito de declaraciones: “la máquina era muy segura”, “había pasado todas las inspecciones técnicas establecidas para este tipo de máquinas”, “toda la documentación estaba en regla”. Puede que todo esto sea cierto. Las investigaciones en curso lo determinarán; así lo requieren las víctimas, sus familiares y la sociedad en general, porque tenemos derecho a preguntar si esas inspecciones se hacen de forma rigurosa o se han convertido en pura rutina.

Las inspecciones técnicas no se deben limitar a comprobar si todos los tornillos y tuercas de la atracción están bien ajustados, sino además deberían certificar que ninguno de sus componentes sufre síntomas de fatiga, síntomas que no son apreciables a primera vista Según la enciclopedia Wikipedia, “la fatiga de materiales se refiere a un fenómeno por el cual la rotura de los mismos bajo cargas dinámicas cíclicas, se produce ante cargas inferiores a las cargas estáticas que
producirían la rotura.”

De las consecuencias negativas que pueden tener los golpes periódicos sobre cualquier estructura, nos habló José Aguilar Perís, Catedrático de Termodinámica en la Universidad de Murcia, primero, y después en Madrid en su libro Los porqués de la Física: “Las partículas de cualquier sustancia tienen un movimiento oscilatorio, característico para cada material. Si cuando dichas partículas han alcanzado la máxima elongación, es decir, si cuando han alcanzado la separación máxima de su punto de equilibrio, se las vuelve a golpear periódicamente coincidiendo con su periodo de oscilación –difícil, pero no imposible- la elasticidad del material puede sufrir un daño irreparable, pudiendo llegar a la fractura. Por eso, cuando una tropa de soldados ha de pasar por un puente, no puede hacerlo en formación porque los golpes acompasados de sus botas pueden llegar a derribarlo.”

Conclusión: si es cierto que la inspecciones de las máquinas de las que hablamos cumplen con la normativa vigente, es que ésta se ha quedado obsoleta y hay que revisarla; pero que nunca más un día de fiesta se convierta en una tragedia.


Francisco Bernabé Roca. 14-VIII-11

Carta publicada en la pág.10
de La Opinión de Murcia, el martes 16-VIII-11, y en la pág. 31 de La Verdad de Murcia, el sábado 20-VIII-11.

lunes, 8 de agosto de 2011

Un torpedo en la Torre de la Horadada

Tendría yo entre 5 y 10 años –época que se pierde en la noche de los tiempos- cuando paseaba con mi madre por el puerto de Cartagena. Atracado en un muelle había un barco de guerra, en el que varios marineros se afanaban haciendo maniobras con el cañón de popa. En un preciso instante el arma me apuntó, lo que produjo en mí un sentimiento de pavor que no he olvidado.

Una sensación parecida me ha invadido cuando he visto en la rotonda de entrada a la Torre de la Horadada (Alicante) un torpedo apuntando a las viviendas. En la rotonda han colocado a modo de elementos ornamentales, varios objetos relacionados con la mar como un mástil con cofa, un ancla y un torpedo. Probablemente, este artefacto que sólo es operativo debajo del agua, carecerá de carga explosiva; pero ya se sabe que las armas las carga el diablo.

Como el mundo de la navegación es tan rico en objetos que la caracterizan, ruego a quién tenga autoridad para ello que ordene retirar la simbólica amenaza, para poner en su lugar algo más amable que un torpedo, como una vela, un timón, un mascarón de proa (mi opción)… Contará, así, con mi sincero agradecimiento

Francisco Bernabé Roca 4-VIII-11

Carta publicada en la pág 13 de La Opinión de Murcia, el sábado 6-VIII-11, y en la pág. 21 de La Verdad de Murcia, el miércoles 10-VIII-11.

lunes, 1 de agosto de 2011

Al llegar a mis 3/4 de siglo

El próximo 30 de Julio a las 2 de la tarde –ni un segundo antes- cumpliré 75 años. Soy consciente de que esta efemérides carece de relevancia alguna para la inmensa mayoría de la Humanidad, pero quiero comunicarlo porque para otras personas, como mi mujer y mis hijos, mis nueras y mi nieta, otros familiares más o menos cercanos, y amistades antiguas o recientes, creo que será una fecha de cierta importancia.

Quiero recordar aquí de forma especial a mi madre y a mi tía Pepita que fue para mí una segunda madre. También a mi padre que murió a los 32 años cuando yo tenía 18 meses. Si él me hubiera acompañado en esta vida un número razonable de años, creo que muchas cosas hubieran sido distintas y mejores, pero no me puedo quejar demasiado; mi madre hizo lo humanamente posible para que yo no notara su ausencia en exceso

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Francisco Bernabé Roca 20-VII-11

Publicado en la pág. 18 de La Opinión de Murcia de 31-VII-11.