sábado, 27 de octubre de 2012

Basagoiti, la enseñanza y el inefable ministro Wert

 En una entrevista reciente, Antonio Basagoiti, presidente del PP en el País Vasco dijo: “el problema de la enseñanza no es el ministro Wert, sino los nacionalismos”. Me gustaría puntualizar: el problema de la enseñanza son los nacionalismos –periféricos y central- y el ministro de educación José Ignacio Wert. Pocas veces ha concitado un ministro tantas opiniones desfavorables como éste. Se ha dedicado a insultar a las asociaciones de padres de alumnos, llamándoles irresponsables y radicales de izquierda. Otras veces se burla de los profesionales de la enseñanza, o demuestra un profundo desconocimiento de la dinámica de los grupos de alumnos, cuando dice que al ser más numerosos, se fomenta la relación entre los estudiantes. Desconoce la experiencia de un grupo de ratones que encerrados en una caja, se agredían unos a otros, al sobrepasar un cierto número. Debería molestarse en preguntar a algunos profesores cuanto tiempo dedican a mantener la disciplina en un grupo muy numeroso en detrimento de lo que tienen que hacer: el desarrollo de los programas.
 En cuanto a la enseñanza en la Autonomías, estaría de acuerdo con él si lo que pretende es que todos los niños escolarizados en Cataluña reciban una cultura común, sin que se vea postergada ni la catalana ni la española, haciendo que tengan un perfecto conocimiento de los dos idiomas, que sean inequívocamente bilingües; pero lanzar esa especie de proclama: “españolizar a los niños catalanes”, tiene un tufo colonialista que recuerda tiempos pretéritos en los que “no se ponía el Sol en el Imperio”. Y, claro, ha encontrado una respuesta airada. No es la mano izquierda una cualidad de este ministro

Francisco Bernabé Roca       21-X-12

Carta publicada en la pág. 19  de La Opinión de Murcia, el sábado 27-X-12 y en la pág. 35 de La Verdad de Murcia del miércoles 7-XI-12.
 

martes, 23 de octubre de 2012

El idioma español en les Autonomías


   Durante la dictadura franquista el uso del catalán,el gallego y el eusquera estaban prohibidos de facto. Estaban restringidos al ámbito familiar y de las relaciones personales; no era posible utilizarlos ni en la enseñanza ni en las comunicaciones oficiales, pero han sobrevivido debido a que para muchas personas que viven en regiones con lengua propia, ésta ha sido siempre su lengua Durante la dictadura franquista el uso del catalán, el gallego y el euskera materna, una cualidad de una fuerza invencible.

Con la llegada de la democracia y del estado de las autonomías se ha logrado lo que para muchos es un derecho inalienable; poder expresarse en cualquier lugar en la lengua que tienen como propia. Algunas personas cuentan que cuando en Cataluña se han dirigido a otra en español, no se han visto atendidas. Es posible -imbéciles hay en todas partes- pero lo usual es la respuesta en castellano; la generalidad de los catalanes son personas bien educadas.

A este derecho algunas personas cuyo idioma materno es el español, contraponen otro derecho no menos importante: que sus hijos sean escolarizados en su lengua materna, porque han comprobado que en los planes de estudios de algunas autonomías, el español ha quedado con una presencia testimonial, casi con el estatus de idioma extranjero. Creo que lo que deberían exigir es una enseñanza bilingüe y no solamente en español; lo contrario es fomentar la creación de guetos. A lo que deben aspirar es a una total integración en la comunidad que los acoge, que se conseguiría si la mitad de las asignaturas se imparten en la lengua de la autonomía y la otra mitad en español.

Hace algunos años, Adolfo Marsillac (Madrid,1.928-Barcelona, 2.002) nada sospechoso de haber tenido un pensamiento reaccionario, hablando en la televisión del problema que comentamos, dijo que "se iba a un empobrecimiento cultural de las generaciones venideras de catalanes". Una cosa es conocer un idioma -el español- y otra es ser bilingüe. Solo hay que valorar la fluidez con la que se expresan en castellano -en catalán por supuesto - los políticos catalanes cuando los oímos en la radio o en la televisión. Ellos sí son realmente bilingües, y se me escapa la razón por la cual quieren privar de esta cualidad  a las futuras generacionse cuando ya nadie duda de los efectos beneficiosos del bilingüismo.
 
Francisco Bernabé Roca         10-X-12
 
Carta publicada el domingo 14-X-12 en la pág. 24 de La Opinión de Murcia, y el sábado 20-X-12 en la pág 35 de de La Verdad de Murcia.